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S.U.E.R.T.E.

Una de las mayores causas del desasosiego del hombre contemporáneo es sentirse vulnerable ante las fuerzas desconocidas de la naturaleza o del azar. La naturaleza, esa dimensión creadora y destructiva, contenido del universo, se rebela constantemente contra el pensamiento racionalista que se afana en creer que es el dueño de su propio destino. Los poetas del siglo XIX comprendieron esta falsa quimera, por eso Mallarme anunció al arte como un espejo del cosmos en donde, a diferencia del eterno equilibrio de la teoría platónica, el azar aparece como un cometa para anunciar lo inesperado. En algunos casos este nuevo signo cambia de manera radical nuestro destino: los rebeldes lo llaman revolución; los artistas, revelación; los enamorados, ensoñación; los antiguos, sortis, sortilegio, magia, en una palabra: SUERTE.

     Esta incertidumbre y sus múltiples dualidades: amorosa y existencial, popular e intelectual, artística y prosaica, es el tema y a la vez el juego artístico de la obra S.U.E.R.T.E de Ale Souto. La motivación de esta obra se asienta en nuestro deseo primordial de modificar el destino. Souto establece con S.U.E.R.T.E una relación directa, una “alineación” si seguimos sus términos cósmicos, entre los juegos populares, el azar y las identidades, en este caso la masculina y femenina. Su propuesta es estructurar un sistema artístico especulativo y amoroso a través de una acción que interviene el juego de la lotería con la participación de individuos que aparecen después de leer un anuncio en las calles, de un accidente fortuito. Movimientos del artista en que se busca o se pierde, un juego de encuentros o desencuentros, como en la tauromaquia, suertes del artista.

     La incorporación de actividades populares como la lotería (y a sus públicos) en el arte de manera participativa es uno de los grandes retos e intereses del arte contemporáneo. Arte y sociedad se han convertido en un tema y también un tópico en el gran debate actual. El nuevo elemento que Souto incluye en la discusión es traer a colación la imposibilidad de controlar los resultados de una obra que incluye al público, es más, a dudar de su efectividad. Souto nos devuelve el concepto del arte como magia y del artista como mago, una idea planteada por Apollinaire, vaciando el sentido utilitarista de lo económico y autoritario de lo político en el arte, a favor de la creación, de lo inexplicable, a vincular la búsqueda de la suerte a su verdadero hallazgo: un billete a la aventura.

Humberto Vélez

EXHIBIDO EN:
Espacio Electromagnético (formato Open Studio), Ciudad de México, México, enero 2015
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